Escándalos y escándalos eso es lo último que ha caracterizado a nuestra liga nacional de vóley femenino. Primero la salida de María Fátima Acosta no sólo de la selección sino también de el club Deportivo Géminis, un hecho que no estoy dispuesta a comentar, la entrenadora Natalia Málaga tomó su decisión con respecto a la indisciplina de la jugadora, no daré mas cabida a este tema. Luego la sanción a Universitario de Deportes por el problema de las barras, la verdad no se si sancionar al club de esa forma fue correcto del todo, muchos dicen que "la U no debe recibir tan severa sanción que ellos no son los culpables", pues discúlpenme pero desde que la U subió a primera llegaron con él los problemas de las barras. Jamás en la historia del vóley nacional hubo un problemas de agresión y mucho menos de barras pues. Esta bien las chicas de la U la han luchado para llegar hasta donde están y no es justo que las dejen al margen del torneo por un problema que no es culpa de ellas, pero el club debió tomar medidas con las barras desde hace tiempo, pues no es la primera vez que se escuchan quejas de las barras. Hace menos de un año la voleybolista Jessenia Uceda decía que estas barras ponían en peligro no sólo al público sino también a las jugadoras; y no se equivocó pues también una jugadora de la U sufrió el robo de sus cosas por sus propios hinchas. Me indigna y me da pena, pero si de esa sanción el club de la U tomará medidas para contener a esos delincuentes que tiene como hinchas (sólo por las barras) entonces excelente.