Poco más de una hora duró la final femenina del US OPEN. Campeona se escribe con K, pues la campeona del año pasado Kim Clijsters retuvo su título y se corona por segundo año consecutivo la más grande de Nueva York. Kim apabulló a la rusa Vera Zvonareva con parciales de 6-2 y 6-1. Una raqueta rota, molestias y  lágrimas de impotencia corrían por las mejillas de la rusa al final del partido, y no era para menos, nunca estuvo en la cancha, Kim jugó todo el encuentro contra una sombra, pero ¿qué le paso a la rusa  que no había perdido un solo set en todo el campeonato?, ¿nervios?, ¿ansiedad? La verdad es que no pudo controlar ninguno de esos dos y no llegó a estar a la altura de su rival. Kim mostró un juego verdaderamente impresionante, pocos fueron los errores y muchos los aciertos de esta belga, que no perdonó a su rival ni por casualidad. En todo el partido en el rostro de la belga se mostraba seguridad y decisión para hacer los puntos, mientras que la rusa se mostraba, ansiosa, insegura y ya en el segundo set totalmente impotente ante lo bien que jugaba Kim Clijsters. Dos protagonistas, una campeona, ella es Kim Clijsters, hay mucho que decir sobre ella, pero en dos palabra digámosle "madre" y "campeona". Hoy la zarina del tenis quedó totalmente opacada, se tendrá que conformar por este año con un segundo lugar, que hoy sabe a poco, pero que de experiencia le deja mucho a la aún joven tenista, este año termina para ella, pero empieza otro donde tendrá que tener  las mismas ganas y sobre todo un mejor tenis para poder por fin lograr un título de Grand Slam. Hoy celebró  Kim Clisjters, en Australia el próximo año no se sabe, pues así de variable es el tenis femenino, pero lo que si nos asegura es un buen tenis y sobre todo jugadoras dejando todo en la cancha para poder lograr el objetivo de ganar.